
Inicio 06/08/2025
En este artículo
En un mundo obsesionado con la eficiencia, los datos y la inmediatez, hablar de historia, filosofía o literatura puede sonar, para algunos, como un lujo del pasado. Pero nada más alejado de la realidad. Hoy, en medio de crisis sociales, transformaciones tecnológicas y desafíos globales que nos interpelan como humanidad, las humanidades no solo siguen siendo relevantes: son imprescindibles.
Estudiar historia no es mirar hacia atrás por romanticismo: es comprender de dónde venimos para entender mejor hacia dónde vamos. Nos ayuda a identificar patrones, a reconocer los ciclos del poder, a no repetir errores. En un país como Chile —con procesos de cambio institucional, discusiones sobre memoria, y profundas tensiones sociales acumuladas— una ciudadanía crítica y bien informada necesita herramientas para interpretar el pasado. No se puede proyectar el futuro sin una lectura seria del trayecto recorrido.
En ese sentido, programas como el Diplomado en Historia de América de la Universidad de los Andes buscan entregar una mirada rigurosa y contextualizada sobre los grandes procesos históricos que han marcado a nuestro continente. Comprender esos procesos es comprender también nuestras tensiones actuales.
La filosofía, por su parte, entrena la mente para pensar con mayor claridad y profundidad. Nos enfrenta a las grandes preguntas: ¿qué es lo justo?, ¿cómo convivimos con otros?, ¿cuál es el sentido del poder o del conocimiento? En un contexto donde abunda la información pero escasea la reflexión, formar el pensamiento crítico es clave no solo para la vida académica o intelectual, sino para tomar decisiones personales, políticas y profesionales con mayor conciencia.
No es casual que, según el reporte “The Skills Companies Need Most” de LinkedIn Learning (2024), habilidades como el pensamiento crítico, la comunicación efectiva y la resolución de problemas complejos figuren entre las más valoradas por los empleadores. Todas ellas están directamente asociadas a lo que cultivamos al estudiar humanidades.
Hoy, las humanidades no están solo en las aulas universitarias ni reservadas para investigadores. Se despliegan en espacios concretos, con impacto directo en la vida social, cultural y política. Por ejemplo, la formación en estudios políticos es clave para comprender el funcionamiento de nuestras instituciones, los desafíos de la democracia y los dilemas del poder en el siglo XXI. El Magíster en Estudios Políticos UANDES ofrece justamente una formación crítica y aplicada para quienes quieren aportar, desde diversos sectores, al debate público y al fortalecimiento institucional.
Otro campo en crecimiento es el de la gestión cultural y del patrimonio, donde se cruzan historia, arte, comunidad y desarrollo territorial. Formarse en estos ámbitos permite no solo preservar nuestro legado cultural, sino también ponerlo en valor, activarlo con las comunidades y proyectarlo hacia el futuro. Hoy más que nunca, necesitamos gestores culturales capaces de dialogar con el territorio, con las audiencias y con las nuevas tecnologías.
Aunque existe un renovado interés por las humanidades, Chile aún presenta cifras bajas en este tipo de formación fuera del sistema escolar. Según datos de la Subsecretaría de Educación Superior, menos del 3% de las matrículas de educación continua universitaria en 2023 correspondió a programas en humanidades, arte o ciencias sociales. En contraste, países como Alemania o Francia han integrado esta formación en todas las etapas de la vida, tanto como parte de su identidad cultural como de su estrategia de desarrollo.
En ese sentido, existe una oportunidad —y una responsabilidad— de ampliar el acceso, diversificar la oferta y valorar el aporte de las humanidades a nuestra vida colectiva. No se trata de oponerlas a la ciencia o la tecnología, sino de complementarlas. El pensamiento complejo, la mirada ética, la capacidad de diálogo y la comprensión histórica son elementos que enriquecen cualquier campo profesional.
Recomendaciones para quienes quieren formarse en humanidades
Aprender humanidades durante la vida adulta puede ser una experiencia profundamente transformadora. Para quienes están considerando dar ese paso, aquí van algunas sugerencias:
Formarse en humanidades no es mirar el pasado con nostalgia: es prepararse mejor para el presente y construir futuros con mayor conciencia. Es ampliar la mirada, desarrollar juicio crítico, dialogar mejor, actuar con responsabilidad. Es, en definitiva, aprender a ser más humanos en tiempos que lo exigen.
En Postgrados y Educación Continua UANDES creemos que la formación humanista no solo tiene valor en sí misma, sino que es esencial para vivir, trabajar y liderar con profundidad en un mundo complejo. Por eso, ofrecemos programas diseñados para acompañarte en ese camino: desde la historia hasta la política, desde la ética hasta la cultura, desde el pensamiento clásico hasta los desafíos del presente.
Nunca se deja de aprender. Y aprender humanidades puede ser una de las decisiones más significativas de tu vida.
Escrito por Cristóbal Hollstein
Jefe de Admisión Postgrado y Educación Continua
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